Guiones
<– Ramona y los escarabajos
SINOPSIS
Ramona es una mujer gorda –muy gorda- con demasiado sobrepeso y muy poca suerte, que desde pequeña ha sido tratada o mejor dicho mal tratada por esto y es que los niños por naturaleza suelen ser muy crueles y para ellos resulta imposible dejar en paz a una gordita como ella; Su desdichada infancia transcurre entre insultos y apodos tales como: Ramona la tragona o Ramona Jamona; Y en su casa tampoco le va mucho mejor, ya que tanto su padre como su madre y hasta su hermana les pesa convivir con una niña tan pesada como ella y es así como la madre se empeña en comprarle ropa en tallas más chicas y el padre no la deja comer pastel, ni siquiera el día de su cumpleaños y bueno, su hermana se comporta tal y como se comportan los hermanos cuando se saben los consentidos de los padres, lo único que le queda por hacer a la pobre de Ramona es encerrarse en su cuarto mientras escucha a Los Carpenters -su grupo favorito- y atascarse con las bolsas de chicharrones, papas, pastelitos, chocolates y demás comida chatarra que esconde celosamente debajo de su cama.
Ramona no tiene vida social –o mejor dicho, no tiene vida- y es que a sus treinta y tantos años lo único que tiene es su trabajo, es la asistente del director general de una empresa dedicada a la belleza, pero su situación está a punto de cambiar, ya que después de mucho pensar, decide gastar la herencia que le dejo su padre en una liposucción…
¿Qué puede perder Ramona, además de peso?
Pero la vida no es tan fácil y menos para Ramona, quien recibe la noticia -de parte de un doctor un tanto cínico- que pese a su peso no es candidata a este tipo de operaciones ya que esta demasiado gorda…
Y cómo si esto fuera poco, ese mismo día es despedida de su trabajo, si tan sólo hubiera leído su horóscopo antes de salir de casa, quizás podría haber impedido una o ambas cosas, pero ni modo, Ramona es de esas mujeres que simplemente no tienen suerte.
Ramona –ya desempleada- se pierde en la rutina de todos los días, esto es: Leer su horóscopo en las mañanas acompañada de un chocolate caliente y media docena de galletas –hechas por ella misma- tomar un largo baño mientras escucha a Los Carpenters, para finalizarlo con un chorro de agua fría en sus enormes pies –ya que solo así le entran sus zapatos- cocinar más galletas, ver la tele durante el resto del día, encontrarse en el pasillo de su edificio a su vecino que es modelo y que por lo mismo no lo soporta, comer los sábados en casa de su madre, convivir con su hermana, sobrinas y hasta las perritas de las sobrinas y… En realidad esto es todo, ya que la mujer no hace nada más.
Hasta que un buen día –y esto no lo digo yo, sino su horóscopo- Ramona descubre que es el momento ideal para salir a la calle y demostrarle al mundo de lo que es capaz, por lo que busca en el periódico –mientras se devora un decena de galletas- un trabajo apto para ella, lo que se traduce a un puesto donde no exijan una buena presentación. Sobra decir que Ramona no se queda con el trabajo y en su lugar termina en un lugar de mala muerte, dónde leen las cartas y todo porque necesitaba descansar sus pies y comer algo. Y es ahí donde una mujer le lee el café y le dice que su vida siempre ha sido marcada por su mala estrella, Ramona –que es de lo más supersticiosa- atenta a cada palabra que sale de la boca de esta mujer termina por aceptar que la razón por la que no es feliz es debido a su mala suerte y no a su sobre peso, por lo que compra –bastante caros, por cierto- unos escarabajos egipcios capaces de cambiarle su mala racha.
Lo cierto es que estos escarabajos le dan a Ramona la seguridad necesaria para cambiar su vida, y a partir de este momento empieza a provocar –ella, no los escarabajos- una serie de eventos favorables en su vida: la compañía en la que trabajaba se va a la quiebra, su hermana se divorcia y hasta su vecino el modelo, se fija en ella.
Y es así como Ramona con la ayuda de estos escarabajos, pierde totalmente el control y decide vengarse de todas las personas que alguna vez le hicieron daño en su vida, esto es, sin importar las consecuencias.
Dicen por ahí que la venganza es un plato que se sirve frío, pero para Ramona la venganza es un plato que se sirve con chocolate caliente y muchas ¡pero muchas! galletas.
Albert Cohen
a.cohen@cinetc.com.mx